Reflexiones Con motivo del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, confirmo el compromiso de mi gobierno de aumentar los esfuerzos hacia la igualdad de género e invito a toda la sociedad panameña a dar pasos importantes hacia esta meta de garantizar el derecho de todas las mujeres, sin distinción alguna, a una vida libre de violencia.
La violencia es un flagelo que afecta a la sociedad de manera general, sin embargo, la violencia que se genera contra las mujeres da inicio en el círculo más cercano, en la familia, con los amigos, compañeros de trabajo y conocidos. Sus consecuencias son directas, vulnerando el núcleo familiar, creando desigualdad, miedos, desesperanzas, incluso problemas de salud, de educación, problemas de empleos, afectando el prepuesto familiar, de igual manera el presupuesto público porque multiplica las intervenciones de las instituciones que tienen que hacerse cargo de la atención y sanción de este flagelo, agregando costos adicionales en la ejecución de políticas públicas para la prevención y su erradicación.
¡Ni una más! La violencia que se ejerce contra las mujeres es visible y no puede seguir siendo tolerada hay que ponerle freno. Mujeres, jóvenes y niñas siguen siendo víctimas de discriminaciones, violencias, trata, prostitución, acoso sexual, femicidios, la brecha salarial, las estadísticas nacionales así lo reflejan. Apuntemos a la educación como uno de los factores clave para la prevención y erradicación enseñando a las niñas y niños que nada justifica la violencia, enseñando a las mujeres que no deben quedarse calladas ni permitir que se les maltrate, enseñando a los hombres que la violencia contra la mujer tampoco es el camino, y enseñarles a todas las personas por igual, que la indiferencia agrava más y no ofrecer soluciones.
Panamá no escapa de las consecuencias de la crisis mundial, de las guerras y migraciones constantes que han agravado las condiciones de vulnerabilidad preexistentes y han contribuido de manera sensible al aumento de los casos de violencia doméstica y los abusos. Reconocemos el rol de los organismos internacionales y de las organizaciones no gubernamentales que apoyan en la atención, prevención y erradicación de las todas las formas de violencia contra la mujer, contribuyendo al bienestar social y la paz.
Con paso firme, todas las personas podemos contribuir a prevenir y erradicar la violencia contra la mujer, actuemos informándonos, convirtiéndonos en multiplicadores de las iniciativas para eliminarla de una vez por todas.
¡NO A LA VIOLENCIA CONTRA LA MUJER!